GAMIFICACIÓN EN EL AULA DE APOYO DE PEDAGOGÍA TERAPÉUTICA
Los tarros de las emociones
Marta Chavero García, maestra especialista en Pedagogía
Terapéutica, hace uso de la Gamificación en su clase de ciencias naturales
durante las dos primeras semanas de septiembre.
El objetivo principal de este trabajo es que los/as alumno/as nombren qué emociones conocen y cómo las identifican en su propio cuerpo.
Las competencias trabajadas son:
- Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología: el tema está directamente relacionado con el conocimiento del cuerpo humano.
- Competencia en comunicación lingüística: los/as alumnos/as con esta actividad expresan oralmente y exponen sus creencias y argumentos acerca de si las emociones son positivas o negativas y de cómo reacciona fisiológicamente su propio cuerpo ante estas emociones.
- Competencia digital: investigan a través de internet más emociones con pequeños visionados en la PDI.
- Competencia de aprender a aprender: toman conciencia de lo que saben acerca de las emociones y practican la búsqueda autónoma de contenidos en la red, gestionándose en la tarea pues deben controlarse con el tiempo que la profesora les ofrece.
- Competencia social y cívica: practican la tolerancia, el respeto al turno de palabra.
Desarrollo de la actividad:
Se dibujaron tres tarros en la pizarra y ellos debían ir rellenando sus tarros con las emociones que ellos/as conocían. Una vez terminado de completar los tarros, investigan en internet acerca de la cantidad de emociones que existen y sobre las emociones que han logrado escribir en sus tarros y seguidamente mediante una expresión oral van identificando qué emociones de las que han escrito son positivas (alegría, esperanza, amor...) y cuales negativas (enfado, ira..).
Cuando ya se lograron identificar
cada una de las emociones que habían expuesto y las clasificaron como negativas
o positivas, se procedió a cuantificar quien había escrito más emociones. Lo
primero fuimos tachando las que se repetían en los tres tarros y fuimos
puntuando donde más emociones quedaban sin tachar porque nadie las había
repetido.
Como premio obtienen estrellas.
Todos/as reciben alguna, pero quien consiguió nombrar más emociones consigue
estrellas extra.
Además del refuerzo positivo durante la actividad, para la
evaluación de la misma se usa una pequeña rúbrica elaborada por la profesora
donde se parte de los siguientes indicadores que ya conocen los estudiantes con
claridad:
- Claridad en la expresión oral.
- Capacidad de aprendizaje autónomo.
- Respeto al compañero/a: turno de palabra y respeto a las ideas de los/as demás.
- Nivel de participación.
Estos ítems serán valorados son del 1-3 siendo: 1 poco; 2 medio; 3 mucho. Y partirá de la
observación de la profesora respecto al grupo.
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